Una morbosa coincidencia en tiempo y espacio (2): Lucas
Una semana después de la noche en que nos conocimos estaba echándome la siesta cuando volví a recibir un mensaje de Lucas. —¡Hola! ¿Te apetece que nos veamos esta noche? Me apetece mazo sentir tu boca otra vez… y también tengo ganas de besarte. —No voy a poder quedar por la noche, lo siento. ¿Mañana, quizá? —Jo, mañana no sé si podré —respondió—. ¿Qué tal te fue el examen? —Nos lo han aplazado al lunes, así que tengo más tiempo para estudiar. —¡Qué bien! Pero también tienes que desestresarte. —¡Por supuesto! —Oye, ¿Y si quedamos ahora mismo podrías? —preguntó tras un rato de conversación. —Mmm… vale, puedo acercarme si quieres. —Genial, hoy el perro no está no está en casa así que no te va a molestar. —¿Me esperarías en gayumbos? —Vale, jeje. No solo me hacía ilusión que Lucas volviera a hablarme sino que me venía genial en época de exámenes cuando no hay tiempo para conocer a gente nueva, así que me arregle y acudí obedientemente a la llamada del