Un chico al que llamar follamigo
En las últimas semanas han aparecido dos chicos del barrio que tienen todo lo que me gusta para convertirnos en follamigos, y eso es algo que no me pasaba desde hace mogollón… poco a poco pero con paso firme estoy tratando de ganármelos para que esta situación no se quede en cosa de una noche. Primero apareció un chico de veinticinco años al que llamaré Loto. Tras intercambiar fotos y palabras se dio cuenta de que ya nos conocíamos, a mí su cara me quiso sonar pero no lo recordé hasta que él lo puso en palabras. Quedamos hace al menos cuatro años, pasamos un rato morboso y agradable y después nos perdimos la pista sin más. Mi mente sí tenía guardado que ese chico me gustaba, y se lo hice saber (de forma un poco descarada). Al rato me preguntó si realmente me acordaba o me estaba haciendo el longuis, a lo que respondí con un dato que me contó aquella noche, un dato tan concreto que le dejó sorprendido. Bueno, pues pasan un par de días, es sábado noche y estamos los